INDICE
- Divorcionetas: divorcios rápidos, sencillos y baratos
- ¿Cómo divorciarse con hijos?
- Una cuestión de responsabilidad
- No involucrar a los niños
- Normalizar y democratizar el divorcio
- ¿Es publicidad fiable?
- ¿Qué es el proceso de limpieza y desinfección?
- Mejores Climatizadores Evaporativos del Mercado
- Principales beneficios que hacen que más ciudadanos se sumen al gas natural
Un divorcio es la ruptura de un matrimonio. Dos personas que unieron sus vidas un día y que, pasado un tiempo de convivencia, deciden que no pueden ni quieren seguir juntos, o al menos uno de ellos no quiere seguir así. El divorcio no es un trance agradable; es el reconocimiento de que las ilusiones que un día se hicieron los cónyuges en conjunto no se han hecho realidad. La pareja ha perdido objetivos comunes y encanto. Quizás, hasta se hayan evidenciado aspectos indeseables de la personalidad de ambos, o de uno de los dos.
¿Existe el divorcio sano y amistoso? A juzgar por lo dicho anteriormente, cabe concluir que en la inmensa mayoría de los casos no hay amistad ni relación postmatrimonial sana que valga. Pero no tiene por qué ser así siempre. Y no debería de ser nunca así, sobre todo, cuando se trata de un divorcio con hijos.
En este tipo de casos, ya no está en juego el bienestar de cada cónyuge, sino que se pone en cuestión el supremo derecho de los hijos menores de edad a tener una infancia normalizada y feliz, sin que el quebrantamiento de la convivencia con su padre o con su madre sea una experiencia traumática, que marque su desarrollo y formación de su personalidad.
Divorcionetas: divorcios rápidos, sencillos y baratos
Para evitar estos sinsabores se han creado las “divorcionetas”. Un concepto publicitario, basado en furgonetas rotuladas en las que se anuncia el servicio de divorcio de mutuo acuerdo, a tramitar en cualquier Juzgado de España por el precio de 150 euros por cónyuge.
En las “Divorcionetas” no se realiza ningún tipo de servicio o asistencia. Simplemente, se indica que existe un servicio muy concreto de asesoramiento legal especializado en los divorcios, sean tradicionales o express y de mutuo acuerdo, a un precio muy concreto de 150 euros por cada cónyuge, incluyendo n este importe los honorarios profesionales del abogado y del procurador y el IVA correspondiente de ambos.
¿Cómo divorciarse con hijos?
El divorcio es la separación legalmente regulada entre cónyuges, no de ninguno de los dos cónyuges con los hijos que han tenido en común. La convivencia de un matrimonio que se divorcia queda interrumpida, pero la del padre y la madre con sus hijos, en ningún caso es así, salvo que concurran circunstancias generalmente delictivas que motiven a la Justicia a separar a estos hijos de uno de sus progenitores.
Un ejemplo de separación del padre o de la madre con respecto a los hijos se produce cuando el progenitor incurre en malos tratos, falta de cuidados hacia el hijo, incumplimiento flagranye y contubuado de sus obligaciones como padre o madre, etc… En estos casos, el progenitor de que se trate puede perder el derecho de la custodia, tutela y patria potestad de los hijos.
Una cuestión de responsabilidad
Pero lo anteriormente expuesto sería el ejemplo de un caso extremo, que es posible, pero afortunadamente no está generalizado.
En circunstancias normales, por responsabilidad no se puede mezclar el divorcio o separación de los padres con los hijos.
Los niños no se divorcian, sólo los padres. En este caso, abogados profesionales altamente cualificados y especializados como el bufete de abogados Cebrián, promotor de las “divorcionetas”, trata de gestionar los procedimientos de derecho de familia con hijos con la máxima prudencia, pues nunca se llega a saber la realidad familiar.
Por mucho que se hable entre el abogado y el cónyuge en trance de divorcio que lo haya contratado, nunca se podrá entender exactamente qué es lo mejor para los hijos. ¿Por qué? Principalmente porque el abogado no se entrevista con los menores ni está presenciando directamente el “día a día” familiar.
No involucrar a los niños
Además, hay que tender a involucrar lo mínimo posible a los niños en la ruptura de sus padres.
Hay que separar el drama emocional de la ruptura con el bienestar de los hijos, que en todo momento debe de ser la prioridad.
A los hijos no se les puede pedir que se pongan del lado de uno de los cónyuges enfrentándole con el otro. Para ellos, “papá” y “mamá” deben de ser igualmente buenos y no se le puede pedir al crío que elija, como en la famosa pregunta que afortunadamente ya casi no se les hace, porque se les colocaba en una dolorosa diatriba. Esa pregunta de “¿a quién quieres más, a papá o a mamá?” ¡Cuánto daño han hecho este tipo de jueguecitos, por llamarlos de alguna manera sueva!
Normalizar y democratizar el divorcio
La publicidad de las “divorcionetas” ha creado un gran impacto en la sociedad y la intención de la campaña es normalizar y democratizar el derecho al divorcio, sin traumas ni demoras, y al mínimo coste.
El divorcio no es un capricho, sino una necesidad y debe de estar al alcance de todos los bolsillos. De no ser así, el divorcio se podría convertir en el privilegio de unos pocos (los más ricos), y al drama y los sinsabores de una convivencia de desamor, desilusión y desengaños se le añadiría el hecho no menos dramático de verse condenado o condenada a vivir (malvivir, más bien) con la otra persona, sólo por el hecho de carecer de recursos económicos con los que pagar el trámite de divorciarse.
¿Es publicidad fiable?
Rotundamente sí. La Ley de Consumidores y Usuarios obliga a cumplir escrupulosamente con ciertas garantías en la publicidad, como por ejemplo que ésta sea transparente y veraz.
Esta es la base del desarrollo del libre mercado y de la competencia, que está siempre supervisada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (SNMC). La publicidad engañosa y no veraz no tiene cabida cuando se trata de promocionar públicamente los servicios de asesoría legal de los abogados profesionales.
Son muchos los abogados que se publicitan en diferentes medios y soportes, desde carteles y rótulos en medios de transporte, hasta en lonas en edificios.