Cómo crear desde cero tu plan de marketing digital corporativo

El plan de marketing definitivo no sólo debe contar con estrategias originales. El éxito, al fin y al cabo, se mide en el equilibrio. Y es por ese motivo que un plan de marketing debe considerar múltiples variables y directrices. Sobre el terreno, la coherencia con el lugar entre la competencia y el cliente es tanto o más importante que la coherencia con el presupuesto. Y, a la larga, la experiencia dice mucho más que el capital invertido.

Un plan efectivo, paso a paso

Elaborar un plan de marketing no es tarea fácil. Existen muchas variables en el proceso que, de no tenerlas en cuenta o incluso de exceder su relevancia, podrían influenciar el plan para bien o para mal. Razón por la que, en todo caso, es recomendable seguir siempre unas directrices concretas y plausibles. Especialmente, por cuanto se refiere al establecimiento de unos objetivos claros, que permitan que la campaña surta el efecto.

Como acertadamente se menciona en este blog de marketing, el paso más esencial no es otro que informarse debidamente. Es decir, junto a la definición del propio negocio y sus metas, analizar la competencia y conocer el target objetivo. Sus naturalezas son clave para entender cuáles son las mejores vías a tomar. Tanto a raíz del éxito o fracaso de la competencia como captando sus tendencias a fin de optimizar nuestras opciones.

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Definiendo con claridad las posibilidades del plan

Una vez forjada la identidad del negocio, trabajando en la atracción del consumidor sin dejar de mirar de reojo a la competencia, es momento de buscar fines coherentes con las propias capacidades. Siendo preferible un plan de marketing mesurado, que brinde un alcance justo y, sobre todo, que sea limitable en el tiempo para no ir más allá de lo previsto ni quedarse corto. Por ejemplo, lograr un 30% más de seguidores en 6 meses.

Definidas las bases, entendiendo las necesidades del cliente y las debilidades del resto de negocios, desarrollar el contenido debe ocupar el segundo tramo de elaboración de un plan de marketing. Una tarea que se debe no sólo al material y su capacidad de generar interés en sí mismo. Sino también a la adecuación de los canales digitales, que deben ser los más apropiados y ventajosos, según el contenido y el público objetivo.

Aunque la campaña no tiene por qué quedar en un par de formatos. Ya que otro de los puntos a tener en cuenta es valorar estrategias multicanal. Donde una campaña puede complementarse con publicidad en línea junto a su presencia en redes sociales, tiradas de email marketing u otras. Eso, sin olvidar el posicionamiento SEO en los buscadores, basando aquí la estrategia en dar con las palabras clave o keywords más relacionables.

El dinero no lo es todo, pero cuenta

Dado que, según CB Insights, el 47% de los fracasos entre startups en 2022 se debieron a la falta de financiación y un 44% al descontrol sobre su liquidez, cabe recordar la importancia suprema de elaborar un presupuesto idóneo. En ese sentido, siendo preciso decir que, desafortunadamente o no, el éxito de nuestra campaña no depende de la cuantía invertida. Sino que, al fin y al cabo, depende de su originalidad e idoneidad.

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Por ello, es indispensable no sólo fijar presupuestos realistas. Sino también tener en cuenta qué estrategias son más rentables —es decir, cuáles gozan de mayor retorno de la inversión (ROI)— o si los intereses del negocio son los de fidelizar o atraer público preexistente o nuevo. Y aunque el resultado a veces pueda ser imprevisible, el eterno prueba y error, labrado a base de pura experiencia empírica, siempre es un recurso útil.

Aprender de los aciertos y errores propios

Como es evidente, no existe ningún resultado claro. A pesar de tener una buena idea, siempre es reconfortante pensar que acertar el contexto y momento perfectos no es tan común como debería. Por ello, y a fin de modificar contenidos o corregir errores en el proceso, un plan de marketing debe tener implícito un procedimiento de medición y análisis. Pudiendo así realizar un monitoreo más preciso del desarrollo de la campaña.

Para ello, existen distintas herramientas que permiten medir el rendimiento de nuestras estrategias, proporcionando información sobre qué funciona y qué no. Un detalle que, a la larga y con todos los datos recopilados durante la anterior o las últimas campañas, permitirá una toma de decisiones más fundamentada para la próxima. Poco a poco, trabajando en nuevos planes de marketing mejor blindados, más efectivos y rentables.

Aunque todo ese análisis no debe limitarse al final de cada temporada de campaña. Ya que lo más inteligente y provechoso es, en realidad, lograr una constante adaptación a cada caso, amoldando cada estrategia a los giros de guion que improvisa su trascurso. Y, si algo falla, nunca tirar la toalla: sino basar cada paso en este aprendizaje paulatino que brinda el marketing. Donde, como en un plan, todo está sujeto a optimizaciones.

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