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La depilación láser es una de las fórmulas más extendidas para eliminar el vello corporal. Se trata de un tratamiento estético que resulta muy demandado por parte de la población y que puede realizarse de manera doméstica, con aparatos pensados para ese objetivo; o bien acudiendo a clínicas, las cuales deben equiparse con maquinaria más compleja.
En este último caso surge la duda de, comprar o alquilar esa maquinaria. La respuesta va a estar determinada por los aspectos positivos y negativos de ambas opciones, así como la adaptabilidad al negocio de esa aparatología, si resulta más rentable o no una inversión más elevada para la compra o bien se prefiere el alquiler.
Maquinaria para depilación láser diodo, ventajas de alquilar y comprar
La compra es una inversión inteligente para centros que ya conocen la depilación láser y cuentan con una clientela que va a hacer posible ese retorno de la inversión. En cambio, si esa situación no se da, de modo que el propio centro se esté iniciando en estas prácticas, la opción del alquiler puede ser muy ventajosa, sobre todo si tenemos en cuenta que existen muchas fórmulas temporales: alquiler por días, por semanas y meses.
¿Cuándo es buen momento hacerse con maquinaria propia para depilación láser?
Comprar aparatologia estetica en propiedad permite tener la libertad de usarla de manera individual, sin tener que compartirla con otros centros, así como elegir la que más convenga a los servicios que se quieren prestar.
De igual modo, con esta opción se adquieren todos los conocimientos y el trato con el cliente es más cercano, algo que es muy valorado en la industria estética. La contrapartida es que el mantenimiento, las revisiones y los consumibles también correrán a cuenta del centro.
Tomar esta decisión obliga a conocer cuál es el volumen de clientes y qué frecuencia de uso va a tener la máquina, para ver si es rentable. En el caso de la depilación láser, el tratamiento es uno de los más demandados en la actualidad, por ello existe un amplio abanico de ofertas competitivas que obligan a instaurar precios que se asemejen a los de la horquilla del mercado.
Ante estas variables, la adquisición en propiedad es buena idea para centros con mucha presencia, con una clientela ya asentada y que se pueden permitir esa inversión, o que incluso la rentabilizan acompasándola a la realización de otros tratamientos.
El alquiler de maquinaria
Alquilar maquinaria implica hacer uso de la misma pero sin estar en propiedad de los aparatos. Existen muchas empresas que ofrecen esta alternativa y que realizan formación específica a los centros que se interesan por ella.
El mantenimiento, las averías y los consumibles corren a cargo de la empresa propietaria y el centro estético únicamente se hace cargo del uso y disfrute. No obstante, en el contrato hay que dejar bien claro cuáles son las condiciones del alquiler, para que no haya situaciones que lleven a engaños.
Las opciones de alquiler pueden ser por días, por semanas o por meses, e incluso ofrecer opción de compra. Muchos centros lo ven como la opción previa a la compra de maquinaria, ya que requiere un menor grado de inversión y su rentabilidad no requiere tener una clientela tan vinculada.
El alquiler está disponible también para otros tratamientos, luego ofrece la oportunidad a los centros de introducirse en novedades que, dependiendo de la respuesta de los clientes, acabarán virando hacia la compra en propiedad en el mejor de los casos.
Tanto en la compra como en el alquiler, un aspecto a considerar es acudir únicamente a proveedores de confianza, que son aquellos con experiencia en el mercado, que ofrecen buenas condiciones de compra y atención garantizada y además prestan servicios con comodidades de compra, como es el caso de Evelyn Láser
La fórmula mixta, la explotación compartida
Una tercera variable es la explotación compartida. Aquí el centro estético lo que hace es externalizar el servicio, ofrece sus instalaciones para que otra empresa o un profesional realice tratamientos a los clientes interesados.
Es una opción que libera al centro de preocupaciones por la maquinaria, su mantenimiento y la realización de tratamientos, pero tampoco es una opción ideal ya que los clientes asumen que ese tratamiento está vinculado al lugar donde han sido tratados, tampoco hay control sobre los precios y existe una dependencia de terceros.
En cualquier caso, se trata de una fórmula que suele funcionar en centros de tamaño reducido que quieren implementar más tratamientos estéticos. Como con el alquiler, si el resultado es positivo, hasta tal punto de que puede escalarse en más crecimiento, se podrán estudiar las otras dos fórmulas.