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El turismo sanitario a Turquía para poner freno a la alopecia entre la población masculina es una tendencia asentada desde hace años. Sin embargo, desde la pandemia, cuando se limitaron en gran medida los viajes internacionales, muchas clínicas y centros especializados en España y otros países introdujeron nuevas técnicas innovadoras y ajustaron más el precio, para poder competir con el país euroasiático.
No obstante, estas medidas no impiden que cada año cientos de miles de pacientes extranjeros viajen hasta Turquía para someterse a un tratamiento capilar. De esa elevada cantidad de hombres se calcula que un porcentaje importante son españoles. Antes de la llegada del Covid 19 Turquía recibía a unos 400.000 pacientes, de los cuales, 15.000 eran españoles.
El gran avance que consiguió ese país fue introducir en un mismo concepto tratamientos capilares y turismo de bienestar. Mientras que antes de que Turquía propusiera precios competitivos para los ciudadanos europeos el desembolso a realizar era mucho más alto, con esta nueva filosofía para atraer clientes, muchos hombres se decidieron a dar el paso que antes no podían.
¿Por qué las intervenciones capilares son más económicas en Turquía?
Las razones que explican los precios competitivos de Turquía en los transplantes de cabello son variadas. La primera es que los costes operativos para las clínicas son menores que en Europa o Estados Unidos, a lo que hay que sumar también un coste menor de vida.
También es decisivo la apuesta que viene realizando el gobierno turco para convertirse en un destino de turismo sanitario mediante subvenciones estatales. Estas ayudas llegan al sector de los trasplantes capilares, pero también a intervenciones de cirugía estética plástica y reparadora.
Esto convierte al país es un destino donde existe un menor margen de ganancia para estas intervenciones, pero mucho volumen de pacientes, lo que posibilita ajustar significativamente los precios. Además, de manera coyuntural también se ven reforzados otras industrias como la hostelería, los alojamientos o el turismo en general.
Toda esta dinámica ha conseguido que Turquía cuente actualmente con profesionales médicos altamente cualificados y que utilizan técnicas muy avanzadas. Sin embargo, en esta realidad también aparecen centros ilegales con menos garantías.
Las alternativas en España a las clínicas turcas
El boom del turismo sanitario en Turquía ha inducido a los centros y clínicas capilares en España a evolucionar hacia una combinación entre precios cercanos a los del país asiático y tratamientos innovadores.
En España actualmente se puede repoblar mediante un implante las cejas y algunas zonas de la barba por 1.500 euros. 2.000 euros es el precio a pagar por dotar de más densidad capilar la zona de las entradas y un poco más, unos 3.000 euros, es lo que cuesta regenerar el cabello.
En Málaga hay clínicas con mucha experiencia y reconocimiento que realizan microtransplantes tipo FUSS y FUE por cantidades que oscilan entre los 2.000 y los 3.000 euros. Eso sí, el coste depende del estado y la cantidad del cabello de cada paciente.
La micropigmentación, una fórmula alternativa, económica y con resultados excelentes
Grant-Ashley es la mejor opción para someterse a una micropigmentación capilar en mallorca. Con esta técnica se acabó la idea de viajar a Turquía para solucionar problemas de alopecia. A diferencia de los injertos, este tratamiento es de carácter no quirúrgico y resulta menos invasivo.
Consiste en un proceso semi–permanente de simulación de folículos de pelo en el que se cubre la zona con ausencia de cabello para crear la apariencia de que es un área cubierta. Es una opción más que interesante para personas que padecen pérdida parcial del cabello.
En la micropigmentación se utilizan agujas especiales que punzan la zona del cuero cabelludo a cubrir creando así la sensación de mayor densidad capilar. Este mismo tratamiento, con ciertas diferencias, se puede usar para las cejas, los labios, algunas zonas de la cara o incluso los pezones.
En resumen, Turquía sigue siendo un destino muy popular para el turismo sanitario alopécico. Sin embargo, la innovación constante en España en materia de tratamientos (véase el caso de la micropigmentación capilar) está consiguiendo dar la vuelta a la tortilla. Ahora ya sí es posible poner freno a la calvicie sin tener que viajar al país euroasiático, sin tener que pasar por un duro y doloroso proceso post-quirúrgico y sin que suponga un destrozo a la economía doméstica.