Los consejos que debes seguir para elegir la carriola de bebé

Los padres ya con experiencia conocen qué aspectos deben tener en cuenta a la hora de hacerse con la carriola de bebé. De hecho, si han tenido un hijo hace poco tiempo, puede que ni necesiten volver a acudir a este mercado. Esto irá en función de sus necesidades familiares y sus deseos personales, ya que si encuentran algún modelo mucho más seguro y avanzado tecnológicamente, quizás si vean bien hacer una nueva inversión.

En esta información ya hemos desvelado la primera responsabilidad a la hora de adquirir carriolas para bebé, que es la seguridad. Sin embargo, esto ha de ir vinculando a hallar soluciones de transporte prácticas que se ajusten al estilo de vida familiar.

En este punto hay que tener también en cuenta que la carriola es un dispositivo útil desde el primer día de vida del bebé, pero es a partir de los seis meses cuando ya comienza a usarse como silla de paseo. Antes de esto es aconsejable que el pequeño permanezca echado o ligeramente incorporado en el asiento, para tener la certeza de que su espalda está completamente apoyada en el respaldo.

Actualmente, y así ocurre con los modelos de Bebeglo, la mayoría de carriolas están construidas a partir de materiales rígidos, bien recubiertos y que permiten varias posiciones de reclinado del asiento para garantizar la comodidad y la seguridad del bebé.

¿Cuáles son las principales características de las carriolas o carritos de bebé?

Un chasis reforzado y resistente, fabricado a partir de materiales de calidad como el aluminio u otros metales que aseguren alta durabilidad, pero que al mismo tiempo permitan un gran manejo y buen desplazamiento.

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A esto hay que sumar opciones de reclinado del asiento, manillar regulable en altura y dirigible, respaldo y barra de seguridad acolchados para que el pequeño se sienta cómodo y reposapiés también regulable, pero de manera independiente al asiento.

En cuanto a la barra de seguridad delantera, en muchos modelos se puede retirar para colocar sin esfuerzo al pequeño y que incluso este la abra y la cierre a medida que crezca. Aquí conviene recordar que las carriolas se pueden usar hasta que el bebé ya pasa a ser un niño con tres años de edad.

No falta en muchas carriolas una capota y elementos que protejan de las condiciones meteorológicas adversas, como viento, lluvia o sol en exceso. Igualmente, debemos atender a la cesta portaobjetos, un extra que hace ganar en versatilidad al carrito, ya que se puede usar para transportar los objetos del pequeño.

Asimismo, conviene hablar un poco de los aspectos mecánicos y estructurales. Toda carriola de calidad debe ir acompañada de frenos capaces de bloquear la sillita para impedir desplazamientos indeseados. Por otra parte, algunas sillas de paseo son reversibles, por lo que podremos llevar al bebé de cara a los padres o mirando hacia el frente. Para terminar, no debemos olvidar el sistema de plegado, donde lo preferible es que sea cómodo, fácil y muy compacto.

¿Cómo decidirse por la mejor carriola?

Tras conocer las características de las sillas de paseo de bebé, el siguiente punto es atender a las necesidades familiares. En función del peso y la edad del niño nos decantaremos por un modelo u otro. Algunas carriolas están pensadas para bebés más pequeños, pero otras más liberas se pueden utilizar hasta los cuatro años.

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El carrito siempre debe ser seguro y estable, con cinturones de retención y arneses sólidos y sencillos de manejar. En cuanto al chasis, que muchas sillas incluyen una estructura doble pensada para hermanos, lo adecuado es que se abra y cierre fácilmente, pero que venga acompañado de un bloqueo de seguridad para evitar incidentes.

Otro punto a tener en cuenta es el de las ruedas. Es más una cuestión estética, pues hay quien se decide por ruedas grandes, mientras que otras familias prefieren las ruedas pequeñas. Estas últimas son las más apropiadas para circular por superficies lisas y regulares, mientras que las grandes permiten bajar y subir aceras con más agilidad.

Con estas premisas, la conclusión final es que hay que buscar carriolas de bebé que sean ligeras, resistentes, duraderas y que cuenten con el respaldo de una firma de prestigio. A partir de ahí, tener presente que este equipamiento resultará útil hasta que el bebé tenga tres o cuatro años, ya que más adelante comenzará a necesitar una silla de segunda edad.

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